Alargar la vida de las estructuras metálicas: tratamientos ignífugos

La búsqueda de soluciones óptimas a la hora de proyectar estructuras metálicas pasa por asegurar su capacidad de resistencia y adaptabilidad a las condiciones. Integralia considera esencial la suma de agentes para conseguir resultados óptimos que alarguen la vida de nuestras estructuras metálicas.

En el caso de la reconstrucción del Hospital Universitario de Puerto Príncipe (Haití), Integralia ha trabajado mano a mano con la empresa Miyamoto Internacional, especialista en estructuras antisismos para otorgar a la construcción elementos disipadores de energía y barras de pandeo restringidos, que actúan de amortiguadores de los edificios. Y tan importante se hacen estos procesos en una zona de especial actividad sísmica como la protección contra incendios en cualquier edificio para evitar su colapso.

Existen diferentes formas para proteger las estructuras metálicas y atenuar el efecto del calor sobre el acero. El objetivo es el de mantener la estructura por debajo de los 500º centígrados y evitar así la pérdida de resistencia y, por lo tanto, la deformación del metal que puede acarrear consecuencias desastrosas para la construcción. Es de vital importancia recordar que cuando los materiales metálicos se exponen a altos focos de calor, el incremento de su temperatura puede provocar una alteración de su elasticidad.

Metódos para tratamientos ignífugos

Pinturas intumescentes, morteros ignífugos o placas rígidas de revestimiento, son algunas de las técnicas más usadas por Integralia, que varían su uso dependiendo de la eficacia que se quiera otorgar a la protección superficial contra el fuego y del tiempo que la estructura esté expuesta a éste. Mientras las pinturas intumescentes dejan de ser eficaces en estructuras sometidas al fuego por más de 50 minutos, las placas de revestimiento las protegen hasta tres horas del calor y los morteros ignífugos hasta cuatro horas.

La protección de vigas, cerchas o pilares metálicos a través de pinturas intumescentes se realiza a través de la aplicación de éstas como capa intermedia entre la de acabado y la primera de imprimación. Su uso limitado se debe al escaso tiempo que ofrece de protección contra el calor. Las placas de revestimiento basan su protección en paneles fáciles de instalar y que están compuestos por silicato cálcico por lo que dependiendo del número de paneles colocados aumentará o disminuirá la eficacia de la protección contra el fuego.

Pero sin duda el método más usado es el de los morteros ignífugos que, compuestos por áridos ligeros como lana de roca y aditivos especiales así como ligantes hidráulicos, consiguen una resistencia a las llamas hasta de 4 horas dependiendo del espesor que se aplique a través del dispersor adecuado. Éste debe hacerse dejando tiempo suficiente para que cada una de las capas tenga su tiempo de secado y tras cerciorarse de la eliminación de polvo y grasa para su correcta adhesión al acero.

Por supuesto, la búsqueda de cada solución dependerá del tipo de estructura metálica proyectada y del uso final de la misma, pero no debemos olvidar en ninguno de los casos que estas obras serán usadas por personas y que es su protección la que debe primar en cada momento.